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martes, 22 de noviembre de 2016

La Lucha de Adrián en sus primeros días

Lo tengo que describir como una lucha cada día así era,comenzamos por la incubadora una semana,yo le observaba desde fuera con tanto miedo era tan frágil  y fuerte a la vez.Una anécdota fue que dentro de la incubadora les hacían  un nido con las toallas dobla ditas para imitar el útero de la madre, Adrián siempre sacaba el pie fuera  del cuco que le habían echo y la enfermera volvía una y otra vez para colocárselo,hasta que lo tuvo que dar por imposible y dejarle con su pie  fuera paseando lo.

Así mi pequeño consiguió salir de la incubadora para dar el siguiente paso a una cuna caliente:es como un colchón que desprende calor,tenia que estar así pues los pequeños prematuros no son capaces de regular la temperatura de su cuerpo. Adrián me demostró tener fuerza y ser todo un luchador en aquellos días,en dos semanas ya no necesitaba ni incubadora ni cuna caliente.

Cuando nació me dijeron que todos los bebes pierden peso cuando nacen en los dos primeros días , pero Adrián no solo no perdió peso si no que gano,y continuo ganando peso una media de 60 a 25 gramos  por día.

El pobrecito acepto mi leche desde la primera noche que nació,Así que siempre comió bien,a las dos semanas consiguió alimentarse de biberón y ya no uso mas esa sonda para comer.Era gracioso porque los enfermeros me decían que cuando no estábamos por la noche solo se quejaba cuando quería su toma y la reclamaba con ansia.

No tuvo ningún problema,cada día avanzaba mas y las sondas acabaron despareciendo,solo quedo esa cinta en su piececito ,conectado a un monitor que decía su ritmo de respiración.
Os contare algo curioso: llegue a obsesionarme tanto con aquel monitor,que cuando llego el día que no estaba el monitor marcando su nivel de saturación de oxigeno me provoco  tanto miedo, era como si ya nadie me pudiera asegurar que mi hijo no estaba saturado.

Respecto a nosotros  sufrimos mucho,cada día esperábamos ansiosos  que la doctora nos dijera  su estado para descontar los días que quedaban para estar juntos.Nos marchábamos destrozados a casa por la noche sabiendo que se quedaba allí.Solo me consolaba saber que era afortunada porque mi hijo ya estaba en este mundo,algún día  tendría la suerte de traerle  a  casa en mis brazos.Estoy extremadamente agradecida a mi pequeño por haber sido tan fuerte para estar a nuestro lado.

También aprendimos mucho gracias a los profesionales de la unidad,nos enseñaron a calmarle colocando las manos encima de su cabe-cita haciendo que nos notara.Nos aconsejaron en todo momento y nos enseñaron a cambiarle el pañal,a darle el biberón e incluso  a darle el pecho.

Recibimos mucho apoyo de nuestras familias y amigos les debo mucho por  estar a mi lado aquellos días.




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